...

El taoísmo sin corsé: una mirada con café en mano

Un hilo que viene de lejos

Si hojeas la historia de China, tarde o temprano aparece el taoísmo. Nació hace más de dos milenios, enredado con la figura (algo mítica) de Lao-Tsé y su Tao Te Ching. No hay acta de nacimiento exacta, pero sí un aire común: buscar el “camino”, ese fluir que conecta todo.

Lo curioso es que nunca fue un bloque rígido. A veces parece filosofía pura; otras, religión con rituales, templos y hasta talismanes. Entre medias, gente que simplemente intenta vivir sin pelearse con la corriente.

¿Qué significa “taoísmo”, al final?

El término viene de Tao, “el camino” o “la vía”. No habla de un sendero de piedras sino de un ritmo invisible que sostiene el mundo. Practicar el taoísmo no pide uniforme ni carnet; más bien te invita a observar, soltar el control excesivo y moverte como el agua que encuentra huecos donde menos lo esperas.

Cómo se practica (o, al menos, cómo se intenta)

Hay quien medita al amanecer, quien sigue ejercicios como el taichí o el qi gong, y quien lo aplica a su manera en cosas tan simples como cocinar sin prisas. En los templos se encienden varitas de incienso; en casas corrientes, basta con parar antes de contestar un mensaje.

No existe un manual definitivo. Algunos leen fragmentos del Tao Te Ching como quien hojea poemas: sin buscar moraleja inmediata. Otros exploran rituales de longevidad o practican la respiración profunda.

De dinastías y veredas contemporáneas

Durante siglos, el taoísmo convivió con el confucianismo y el budismo, compartiendo ideas y chocando de vez en cuando. A día de hoy sigue ahí, aunque a menudo disfrazado de filosofía de bienestar. En occidente lo hemos convertido en inspiración para manuales de simplicidad… con resultados dispares.

Apunte final (sin moraleja cerrada)

Tal vez lo más honesto sea aceptarlo como algo vivo, contradictorio incluso: mitad sabiduría antigua, mitad recordatorio de que forzar demasiado las cosas suele estropearlas.

¿Hace falta entenderlo todo para practicar el taoísmo? Seguramente no. Basta con atender un poco más al vaivén del mundo… y ver qué pasa.

Categories:

No responses yet

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recent Comments

No hay comentarios que mostrar.